martes, 9 de noviembre de 2010

CAMINATA

El hombre camina y no sabe hacia dónde... se dirige al trabajo, a sus tareas diarias: la oficina, el cafecito con sus compañeros, en fin ... los problemas diarios a resolver. El trayecto que le depara entre su soledad y el hastío se halla en el camino a esa oficina.... camina..... y en esos minutos muertos sabe que va hacia ese lugar, hacia un sin sentido.... otra vez el mismo rebuznar de voces en la oficina. Los mismos dientes sonrientes de los compañeros que a veces se parecen a espadas o a comillos sedientos... sin embargo va atornillado al tiempo que le dice "no hay otra, tienes que hacerlo... vive" .... continúa caminando.....La mañana siente sus pasos y se esconde a observarlo detrás de un ciprés, el que adorna al cementerio, el cementerio de la vida y el de sus pasos.   
Él se resiste a este rechinar de dientes, a este dolor de ser hombre, de sentirse vivo. No gesticula, sólo piensa y en sus enmarañadas sucesiones de imágenes afloran los recuerdos de chico jugando,  detrás del regador en una tarde polvorienta del barrio, también ve a toda la gente de su cuadra. Sus pasos son más etéreos, nada presagia lo que vendrá ahora, sin embarbo el bolsillo del pantalón deja entreveer algunas hojas dobladas.
El día anterior estuvo escribiendo sobre la posibilidad que tiene el lector de indagar en la mirada de un escritor respecto a lo que significa la literatura, si hay que tomarla desde el punto de vista del contexto social, si es importante arriesgar una conclusión a su filiación de clase, una historia que le atrapa con todos sus matices... cosas que en definitiva lo hacen los críticos, el cánon...  y que él estaba dispuesto a estudiar, pues su sueño era ser un gran escritor pero dudaba... estaba en la disyuntiva de creerse eso o solamente dejar volar su pluma y lograr un estilo que lo liberase de luchas de clases, hambrunas, revoluciones, no escribir sobre los saharauis occidentales, ni siquiera pensar en Irak, la Eta o la Farc, ni escribir sobre los mounstruos que se encuentran en sus casas succionando niños... para qué?  ...  sólo quería pensar que lo que escribe lo redime y lo salva, así como alguna vez un viaje al centro de la tierra o veintemil millas de viaje submarino, lo salvaron, quería saber si era capaz de escribir algo que signifique eso;  pero mientras... el omnibus pasa, un grillo canta a la vera del verano que se aproxima, dos pájaros se juran amor en medio de los matorrales de una cárcel, el ruido del taller mecánico sigue su ritmo habitual, un loco salta la muralla de sus pensamientos y el tiempo... y este papel yace en un charco que envuelve todo de rojo y tinta.