domingo, 10 de enero de 2010

LA LLUVIA

Llueve e inevitablemente los días se escurren entre los dedos. Camino sintiendo los golpes de la lluvia pero no importa porque también llueve adentro. Busco el refugio de los días en alguna esquina y sólo encuentro a Aarón cantando en el portal del ángel, entona melodías con sabor a blues, Togo habla por él y le sale por la piel.

Me acerco al semicírculo que se forma para verle interpretar sus temas y observo en cada uno la sonrisa en la cara, el extrañamiento, la sensibilidad. Será por eso que a mí también me trasmite su mensaje y mientras escucho los temas voy queriendo enderezar el corazón para no dejar caer una lágrima.

Termina la función y el mundo aquí afuera, en la calle, le aplaude y él sólo escucha el ruido de las manos dándoles las gracias, algunos se acercan y le piden una foto y la firma de su CD. Aarón no quiere espacios cerrados, ni grandes escenarios, ni pasar menos frío o calor sólo quiere estar al aire libre, porque así no se siente enjaulado y cree que así lo escucha todo el mundo.

Aarón ahora está libre de guerras, huyó de ellas hace ya un tiempo y África lo escupió por estos lugares de Europa. No quiere la vuelta, aunque quisiera ver otra vez los paisajes dejados y la gente. No quiere volver porque sabe que en esta parte del mundo puede cantar en la calle y soñar que vive de ello. Nunca más quiere volver porque le es difícil ver a sus compatriotas sufrir aunque nunca haya visto nada y sus ojos sean dos témpanos fríos.

Me alejo con el ritmo de su voz en la cabeza y trato de imaginar un país.


Eduardo Atilio Romano, Barcelona, 2010.

1 comentario:

  1. me gusto mucho tu blog y me gustaria que te dieras una vuelta por el mio. gracias.... Ya soy tu seguidora espero que tu tambien lo seas

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