viernes, 4 de diciembre de 2009

TRANSMIGRACIÓN?

La luz era tenue en el filo de las calles, deambulaba sin sentido como si se me hubieran venido millones de años encima. El sol estaba saliendo pero a decir verdad era sólo un ademán, lo veía muy a la distancia, opaco y gris, como si algo se encargara de cubrirlo.

Las calles permanecían desiertas; ya no recorrían sus orillas las aguas que la gente tira cuando lava su vereda. Ni tampoco se veía orinar a los perros en los bordes de las aceras ni siquiera se escuchaba el revolotear de las palomas en la plaza. Todo eso ya no estaba y me resultaba algo raro.

Después de caminar un buen rato miré hacia los costados y pude reconocer el lugar; el Bar de Miguel, mi amigo de la infancia, pero no había nadie; el paisaje era fantasmal. Las ventanas habían huido y las puertas se encontraban totalmente cerradas. En realidad fue una visión como las que tienen los hombres perdidos en el desierto, que después de un tiempo ya empiezan a ver todo lo que añoran y todo lo que quieren. Seguramente esa era la situación ahora, yo la estaba viviendo. Aún así traté de seguir e hice el inventario de las calles; costaba respirar, había una mezcla de incertidumbre y desesperanza lo podía oler, pero igual continué transitando las horas.

Mis pasos, sino me equivoco, me fueron llevando hacia la zona de la estación de trenes; ya no era la misma. De repente una serie de sonidos y luces de colores detuvieron mi marcha y fue en ese momento en que vi detenerse a un inmenso aparato multicolor, de allí descendían altos y extraños seres que fruncían el ceño y cambiaban la mirada.

Perplejo me quedé mirando aquél cuadro, helado por la situación y ni siquiera podía darme un pellizcón por saber si era verdad lo que pasaba. Pensé que a lo mejor todo era fruto del alcohol de la noche anterior. Sin embargo no fue así, lo supe todo cuando quedé encerrado y luego me fui volando en un habitáculo de cristal que me llevó serpenteando por las calles de la, ahora, gran ciudad, de la grandísisima ciudad. Desde lo alto no se veían árboles ni montañas, sólo casas altas y eran calcadas una igual a la otra. Así, sin poder pensar en la altura en la que me encontraba, y como por arte de magia, aparecí en una sala.

Sentía que me faltaba el aire. Presentí que me observaban, sus palabras cruzaban las paredes. Después el silencio. En ese momento, con mis últimas fuerzas y con lo que me quedaba de conciencia, pregunté dónde estaba y cómo había hecho para llegar a ese lugar. Luego la puerta que se abre y lo primero que entraron fueron sus sombras deformes, el piso dibujaba criaturas extrañas, no podía registrar sus caras y todo ,además, me parecía un mal sueño; escuchaba a lo lejos sus voces Por suerte es el último de esta especie. Estos seres no soportan este tipo de aire, seguro que sufrió algún tipo de mutación en lo más íntimo de sus genes. Mira su espalda, todavía tiene las huellas de la cámara criogénica en la que hibernó. Bueno, ya no le queda mucho, un poco más azul y se acabó el cuento.




EDUARDO ATILIO ROMANO, BARCELONA, 2009

sábado, 28 de noviembre de 2009

EL HUMO DEL OLVIDO

EL HUMO DEL OLVIDO
al poeta Santiago Silvester
DESHORA
No observo los pasos
‭ ‬acercarse a mi calle,


el perfume de los cabellos
‭ vaga por otros campos;

sólo queda el recuerdo de los días

guardados en el fondo

‭ ‬de un reloj sin tiempo.



II
He mirado el reloj:

‭ ‬sus manecillas
‭ ‬y horas marchitas.

Está detenido‭
en la hora perfecta

‭ ‬3‭ ‬A.M.
y dibuja el amor
‭ ‬ deshaciéndose.


POEMA

He tirado lo último
‭ que quedaba de vos,


lo llevé junto al muro
‭ ‬que todos los días baña la mar


y allí ahogué
‭ ‬todos los recuerdos.


INVENTARIO
Ha quedado sola la casa.

Los muebles están huérfanos:

‭ ‬La cocina busca que alguien
‭ ‬le encienda la llama,
el lavarropas está
‭ ‬sin jabón
‭ ‬ sin agua
y sin posibilidad de lavar las miserias.

La heladera vacía
‭ ‬se quedó sin luz,
ya no más comida al otro día
ni la leche de la mañana.

La cama desnuda muestra‭
que está roto el amor.


EL HUMO DEL OLVIDO
Abandoné nuestro lecho a su suerte
lo dejé solo en medio de la noche,

sé que tendrá frío
y que el viento de la madrugada
congelará las noches que dejamos
‭ ‬entre las sábanas.

Después el sol
quemará todo‭;

el humo del olvido
‭ ‬se esparcirá por el viento.



NAVIDAD
El tiempo
‭ ‬se encargó de poner sus flores‭;
flores muertas,
también puso la estrella fugaz
‭ ‬y el olvido
en la punta del árbol.


Eduardo Atilio Romano,‭ ‬Barcelona,‭ ‬2009.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Textos sacados del herrumbre del tiempo

POEMA


Escribo y por la ventana entra una luz que se mete por todos los rincones del ático, la luz que me hace falta, esa luz que mantiene vivos todos los elementos en la casa. Hoy 16 de ….. Bueno la verdad que ya no importa; trato de escribir algo para decir todo lo que siento. Pero no me sale nada, nunca he sido bueno para decir palabras bonitas, rebuscadas, y menos, palabras con tacto, palabras que lleguen a lo hondo.

Tampoco a vos pude decirte muchas cosas hermosas… quizás haya sido lo mejor, y si aún querés escuchar palabras llenas de amor, leé a poetas como Neruda, Vallejo, Cernuda, Salinas, Castilla; hay tantos… que valen la pena leerlos, sería un buen comienzo. Ellos si han alcanzado a sacar las cosas que tienen adentro. Mi lucha diaria con el papel es casi insostenible. No alcanzo a escribir una palabra. El frío que me invade de afuera y el que llevo adentro me entumecen los dedos, aunque no congelan mis neuronas me es difícil sacar cada imagen, cada pensamiento.

Te diría que siguieras a tu corazón, que fuera él tu guía como lo ha sido para mí. Este corazón que late convulsivamente cuando te ve, nunca supo explicarte lo importante que eras para él. Pensó en tus gustos, administró el tiempo para verte y disfrutar con vos aunque no supiera dar una décima de sí. Sonrió de ratos: al verte nadar en la playa, al caminar por las tardes. Compartió de tus alegrías y de tus sueños, pero siempre muy interiormente porque no sabía demostrar eso que se siente por alguien y que uno no sabe lo que es. Será amor? La verdad que hasta me resulta una palabra que no va con todo esto. Conocemos el Amor? Algún día lo conoceremos? Tampoco creo que lo conozcamos y no habrá día para el amor, solamente conocemos ese leve reflejo de lo que es el Amor. Si lo conociéramos no estaría todo tal como está, no abría guerras entre nosotros, ni engaños, ni mentiras, no destruiríamos ciudades enteras en nombre de nuestro amor. Ni los poetas del amor lo conocían mirá si lo conoceremos nosotros, que no somos más que dos terribles criaturas que no saben porqué están aquí y ni porqué se encontraron para volver a desencontrarse. En fin, quería escribir un poema con palabras de amor pero sólo quedan: el latido, las tardes apagándose, el ruido del mar, una melodía hermosa que escuchábamos, el caminar de la gente y este ritmo constante de la vida.



CUENTO

El hombre cae pulverizándose
igual que la torre,
esparce sus restos
de arena y sangre.
La criatura piensa en cómo le duele la vida
y espera auscultar alguna razón para seguir
y poder rejuntar los trozos.

¿Qué se puede decir cuando las razones ya no lo són?
Cuando todo está caído y quebrado
es inútil volver a casa
y decir “que todo marcha bien”
que la vida sonríe.

Entonces Él escribe cartas
una a sus hijos diciéndoles que los ha amado
otra a los caminos del mundo
y hay una carta, un poema que le espera,
logra poner un Te Amo
pero su nombre ya es imposible.


Eduardo Atilio Romano, Barcelona, 2009.

domingo, 25 de octubre de 2009

AIRE PURO

AIRE PURO

Marzo, año doscientos después del gran cataclismo. Texto grabado con sangre en la memoria todavía activa. Parámetro de vida, desconocido... grabando.
Los peces se adaptaron al nuevo ambiente, a su cerebro lo desarrollaron rápidamente y ya no hacen chapuzones rápidos para refrescarse un poco en las aguas para así poder ganar un tiempo más y estar en la superficie, tampoco no piensan en lo peligroso que es el mar; ahora las aguas se aquietaron y todo se está deshaciendo en las profundidades. Sólo hay unos pocos seres y están totalmente irreconocibles, son víctimas que encontraron la muerte y una tumba de miles de metros de profundidad.

El también en la superficie tiene un tenue color gris, un gas sutil se esparce por todo el planeta y los peces en su esfuerzo por vivir fuera de las aguas desarrollaron un órgano que les hace filtrar el aire, todavía tóxico, por la boca y también expulsarlo. Así ya no es necesario sumergirse en las aguas.

Antes que suceda todo eso, la gran explosión había hecho lo suyo con la superficie, primero devastó todo lo que se hallaba en pie y después la radioactividad penetró en cada partícula de vida ,y más tarde los gases se condensaron en las alturas, y aunque esto no favorecía del todo, dio lugar a que nuevamente se gestara vida.

Ahora los eternos habitantes marinos se habían adueñado de la superficie y están provistos de una espina dorsal fuerte. El efecto del desastre y de los rayos del sol han mutado su coleta en dos fuertes huesos sobres los cuales podían sostenerse, y caminar. Las aletas dieron lugar a un par de extremidades con una palma uniforme y cuatro dedos. Esta característica los hacía especiales para este nuevo tipo de vida. Mantenían sus labios gruesos y ojos vivos, también se alcanza a observar que están provistos de imperceptibles elementos que dan la idea de pequeñas pestañas. La cabellera, como la conocía la anterior civilización, no existe sino que ahora es una pequeña rugosidad que cumple ese papel, es un cobertor repelente a las grandes dosis de rayos gamma y X que circundan el planeta. Poseen una masa craneal parecida a los de mis creadores.

Las plantas tienen unos bellos gruesos por donde succionan sus alimentos de la corteza a la cual están adheridas (chupan pequeños microorganismos y agua), genéticamente no son las mismas, tienen un componente en la base de su raíz que procesa los alimentos y desatomiza el agua, es un aparato digestivo potentísimo, fruto del querer vivir. Algunas están más evolucionadas hasta el punto de girar el tronco y las hojas. La capacidad de reproducir hizo que poblaran rápidamente este territorio, pues se reproducen por medio de las semillas que ellas mismas lanzan desde sus ramas y flores a todas direcciones. Condensaron el ambiente con un aire mas puro, y los gases fueron ganando espacio fuera de los confines de este sistema.
Los mares y ríos sólo agrupan a las plantas y peces menos desarrollados que todavía perviven, y que están destinados a desaparecer.
Todos los otros animales que moraban a lo largo de los inmensos valles, montañas, llanuras y polos han desaparecido completamente, no quedó vestigio de raza alguna. Ni quedaron huellas de sus huesos. Los que soportaron el ataque únicamente fueron las infinidades de cajas de plástico y metal, memorias electrónicas que tenían un margen de vida de doscientos años y que eran renovables si así lo querían sus propietarios. Hoy están humeantes, también sin vida. lograron llegar al límite de su capacidad, eran eternas pero este ambiente las destruyó.


Los nuevos supervivientes del planeta recolectaron todas las cosas que tenían radiación y las llevaron a lugares alejados de su hábitat e iniciaron estudios para la descontaminación de las aguas; ellos habían hecho caso a esos seres que le habían visitado miles de veces, seres que habían hechos sus bases en el fondo del mar. Seres para unos malignos mientras que para otros no buscaban más que el bien de todo lo que constituye el espacio infinito; los peces fueron los únicos que lo acogieron con agrado. Las criaturas de la superficie, en cambio, buscaban el enfrentamiento y la aniquilación de éstos que venían de las estrellas. Ellos les habían entregado los secretos de la existencia y de la evolución.

Sólo había algo, un terrible temor en estos nuevos habitantes. Aunque se habían sellado todas las escapatorias y escondrijos, cabía una mínima posibilidad de que se escaparan unas cosas terribles desde el interior de la corteza hacia la superficie, ahora en proceso de cambio y purificación. Estas habían sobrevivido a la catástrofe también; seres abominables que se apegaron a la vida en las peores condiciones. Tenían un par de garras afiladas, una cabeza muy dura, dientes que podrían despellejar de un bocado cualquier cosa que se moviera, en sus ojos no había luz, ya la habían perdido incluso cuando estaban afuera, en la superficie. Ellos fueron los factores de su propia destrucción y aniquilación; su nueva vida los había hecho encorvados y oscuros. Del coxis de estos se alargaba una cola que lo adherían más a la tierra... se observa....

Memoria activa en su función mínima..... no se puede recoger más datos. Es necesario poner fuera de función...... para realizar una autorecarga solar....... y ....... se reanudara la bitácora de viaje.
Eduardo Atilio Romano, barcelona, 2009.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

PRESENTACION DEL LIBRO QOSQO EN BARCELONA


El libro de Poemas Qosqo, editado por el Suri porfiado en julio de 2009 en la ciudad Autónoma de Buenos Aires (Argentina), será presentado en la librería Catalonia (Ronda Sant Pere 3) de la ciudad de Barcelona el 7 de octubre a las 19,30.

La presentación estará a cargo del poeta José Antonio Arcediano y la velada será amenizada por el músico argentino Juan Alberto Jurado, interpretará temas musicales con su bandoneón.

jueves, 17 de septiembre de 2009

TARDOR

TARDOR

Sólo hago el ejercicio habitual para poder desperezar los dedos... no tengo nada que decir. Aunque podría decirles que estamos a principios de otoño por estos lados, que el aire es el mismo pero no la gente o tal vez... la gente sea igual en todos lados, que hay un terrible ruido de coches que se mete por el balcón y perturba mis dedos que intentan escribir este texto.

Estoy fuera de la rutina del trabajo; en la casa, pero al hacer el camino de vuelta para aquí me encontré al hombre de la plaza que escucha todas las tardes su vitrola, carraspea su caja de madera y le da vueltas y vueltas a esa cuerda. Pone a tono la música con éstas tardes de hojas secas y sus discos suenan en contra del tiempo, un día lo escuché a Gardel, otro a Rodrigo y hace poco a Yupanqui, me pregunto ¿serán señales de distancia? Cierro el puño, el corazón y me dispongo a tomar el metro para llegar a casa.

Ahora estoy aquí tratando de poder atrapar algunos instantes, restos de vida en un papel electrónico y sin embargo sigo sentado frente al ordenador sin poder decir nada. En la sala están mudos una guitarra, unas ollitas de barro de Cafayate, un paisaje de Salta y una caja que intenta cantar una baguala pero todos están como yo, a la intemperie.

Eduardo Atilio Romano, setiembre, 2009.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

POEMAS SUELTOS, 2009.

POEMAS SUELTOS ESCAPADOS DE ALGÚN GARABATO.


EL PINTOR

Observa el contorno
de su vaso de ron
y piensa en esos trazos
que le dejó
en la piel
su Cataluña de antes.

Hoy tiene muchos dibujos
que le estallan de los ojos.
 
 
TÚNEL

Subo al vagón
y todos miramos a nadie,

los ojos están perdidos
buscando algún resquicio
que contenga algo de luz.
 

HUIDA I

El hombre ve con otros ojos
su presente
pide su vino

y tinto tiene los ojos
de tanto contar historias
de guerras
de bombas
que cayeron en la plaza.


Hoy también huye,
como todas las tardes,
rumbo al metro.
 
 
  
II
Lleva a cuestas lo que queda él:

Un lápiz de carpintero
la bronca contra el generalísimo
la alegría de su barco.

Todos los días
conversa con su amigo pájaro
éste le cuenta

historias de viajes
de huidas
de otros cielos.
 


NAVIDAD

El tiempo se encargó
de poner sus flores;

flores muertas
también puso la estrella fugáz
y el olvido
en la punta del árbol.

domingo, 30 de agosto de 2009

José Antonio Arcediano (Barcelona, 1964), licenciado en filosofía por la Universidad de Barcelona, es secretario del Aula de Poesía de Barcelona y coordinador de la Revista Parlada de dicha entidad. Forma parte de la redacción de Caravansari, revista de poesía en lenguas peninsulares. Ha coordinado diversos ciclos de lecturas y otras actividades relacionadas con la poesía en la ciudad de Barcelona, y ha participado como ponente y como invitado en diversos congresos, encuentros y recitales. Algunos de sus poemas han aparecido en diferentes revistas (Papers de versàlia, Piedra del molino, Alga, Letras salvajes). En diciembre de 2004 publicó Los bosques de Wisconsin (La garúa). Ha sido antologado en las compilaciones 10 de Barcelona (Abadia Editors, 2008) y El laberinto de Ariadna - 10 años de poesía (Emboscall, 2009). Con el libro La verdad del frío (La Garúa, 2009) obtuvo el Premio Internacional de Poesía Màrius Sampere 2008.
Estimados amigos les presento a unos de los poetas que he conocido en Barcelona, sus poemas respiran la cotidianeidad de la existencia, los miedos y fantasias a los que se acerca cada ser. El preguntarse por el porqué de las cosas, el importarle un bledo las luces de Nueva York y los formalismos en los que la gente siempre se encorceta. Un libro que aborda con nitidez la pesadumbre del ser humano, su lado infernal, y aún así no pierde la ilusión de la vida, para ello recurre a la ironía. Un poemario que nos habla de Wisconsin pero que podría ser cualquier lugar del planeta.
Les presento una breve muestra de los poemas de este libro, transcribo algunos poemas:
PALABRAS
Todo lo que me dices
no son más que palabras. Sin embargo
hay palabras hermosas que duelen como el hielo,
como los labios
en su muerte de cada madrugada,
que rozan la penuria
de nuestras inexactas latitudes.
Hay palabras desnudas,
palabras que no sirven para nada,
y sin embargo arrastran nuestros cuerpos
por el lecho de barro de a aurora
en busca de unos ojos asesinos
que maten para siempre nuestro miedo.
Hay palabras gastadas
que alimentan la fe del solitario
y seducen al loco, al que comprende
y sonríe seguro de sí mismo
frente al televisor del manicomio.
Hay palabras que el viento se las lleva
y palabras de mármol
que vigilan el sueño de los justos,
donde pudre el verbo
al ritmo vil de los invertebrados.
Hay palabras que llegan a destiempo,
como trenes llamados al letargo,
con sus luces cansinas persiguiendo otros túneles.
Hay palabras que llegan a las manos
y manos que se posan, silenciosas,
como falsos testigos en la noche,
en los nombres de todos los culpables.


LOS BOSQUES DE WISCONSIN
Allá dejé los bosques,
los árboles caídos
y la madera triste de los días;
el canto de los grillos
en la lenta figura de la noche estrellada,
las siluetas perplejas de los míos;
el encendido rubio entre tus hombros
y el verano de moscas incansables
en el que, muy despacio,
fuimos reconstruyendo nuestros nombres.
Recuerdo vagamente los bosques de Wisconsin,
aquel ardiente sol de media tarde
y tu lengua abrasando mi silencio.
Ahora lucho con todas estas calles vacías
e intuyo una frontera de gemidos
perdidos para siempre
en la colcha raída de los tiempos.

No volveré a Wisconsin...
pero no dejes nunca de esperarme.


VIOLINISTA EN BROADWAY
Desnuda se rozaba
con la piel de su viejo stradivarius.
Su rostro de placer lo dijo todo.
Yo quise conformarme con mirarla.


PSICHO-KILLER NUMBER ONE
Deposito
mi breve libertad en tu silueta,
mis fraudes en tus manos.
Me encomiendo a los broches de tu piel,
a tu tacto surgido de la noche.
Soberbio, me supero en la acrobacia,
y en la dicotomía,
en el ser o no ser de este momento,
resuena una campana,
resbala mi cuchillo por tu carne,
llueve sobre Manhattan
y me venzo a mi mismo en el pecado
de haberte poseído.

Saberte destruída me libera
en tanto tus despojos fructifican,
dispersos,
sobre la alfombra gris de las aceras.


LA IRRECIPROCIDAD DE LOS ESPEJOS

En ellos, cada gesto deviene en su contrario.
Yo miro cada día con amor infinito
ese rostro que aloja el odio en su mirada.



ADIOS
Decirte adiós ha sido
como sacar billete de vuelta
hacia mí mismo.


DIMENSION HISTÓRICA
La dimensión histórica
de esta mañana sucia de coches y de casas
simplemente no existe.
He salido a la calle pensando en escribirla.
Su furiosa rutina de casas y de coches
me ha borrado del mapa
y ha hecho de mí un sujeto
ahistórico y desdimensionado.

domingo, 23 de agosto de 2009

PASSADES MÀGIQUES




PASSADES MÀGIQUES
 
Con con el correr del tiempo he llevado máscaras. La primera fue la de un cura mestizo al que mataron los indios en América, pero antes fui Indio, un curandero para mis ancestros. Invocaba a mis Dioses por las enfermedades de los hombres y los enojos de la tierra. Después tripulé, junto a muchos, el gran mounstruo de madera que caminaba sobre el mar y allí acabó nuestra historia, dejaron nuestros cuerpos como regalos para los peces. Los otros regalos iban para otros, a un lugar en donde se pone el Sol, de donde vinieron estos Dioses Infernales.
Nuevamente supieron de mí, la Iglesia me persiguió en mi tierra al saber que hablaba con los muertos y dominaba los elementos, huí y me salvé de sus manos.
He pululado por México, por el Perú y allí ví al gran general, al gran guerrero indio partirse en cuatro y después nadie vió cómo nos apagábamos en la hoguera.
En plena conquista no pude liberarme del nombre que me pusieron, era un hijo más de los cien, de un tal Rodriguez, casta española. Se acabó la lucha pero continúa en la sangre.

Piso estas tierras lejanas, para la mirada de mi gente. Recorro sus lugares y en las callecitas de la antigua ciudad he descubierto que hay ecos de gritos americanos.
Visito Monserrat e invoco a la luna jo soc el teu fill qui arriba aquests llocs per a trobar la seva ànima; aqui estic mare meva, caminant novament, pero hoy no tengo más recuerdos ni el poder de antes. Sólo sé que ya no hay más tormentos, ni cadenas, ni temor y es por eso que vengo a llevarme lo que me pertenece: un futuro mejor. Mi única arma, de conquistador, es poder usar mis manos para hacer pases mágicos como en el pasado.


Eduardo A. Romano

martes, 18 de agosto de 2009

CARTA


CARTA

Hoy es un día triste

trato de escribir

todo el calor.

Sé que a lo mejor no pueda

verles sonreír

tampoco ver

cómo le pegan a la pelota

en una tarde llena de sol,

con el resultado en Contra

y que esta noche

tienen miedo de estar solos

porque hay muchos Duendes.

viernes, 14 de agosto de 2009

EL CARNAVAL DE LOS HOMBRES GRISES


Este es el Título del libro del poeta Pedro Luis Cano, nació en Jaén pero reside en Santa Coloma de Gramanet, Barcelona. Pedro ha ejercido diversos oficios destacando en los últimos años como productor musical y letrista.
Ha publicado Viaje al estanque de los peces dorados en la coleccion l'Esguard de La garúa en 2003, La sombra prestada en la colección Harmatán de Paralelo Sur y El carnaval de los hombres grises, de paralelo sur Ediciones.
P.L.Cano Es un poeta que invita desde el primer momento a la sublimación del poema y la amistad y es justamente esta palabra la que utilizan sus ojos y sus manos; y como dice Jordi Valls "los amigos son imprescindibles en la poesía de P.L.Cano"; sus poemas van siempre en la búsqueda de alguna luz pasada la oscuridad de la noche, de algún verso que le traiga a Jaén a sus pies y por supuesto también "harto" de pertenecer al carnaval de los hombres grises y al igual que el poeta salteño M.J.Castilla , parecería que el Cano dijera "Me dejo estar sobre la tierra porque soy el gozante."
Les entrego algunos poemas que llevan el sello de su poesía.
ALBA
a todos los que ven amanecer
Alba.
El poema decía:
las llagas del alba saquean la noche.
La seducción está en cruzar las arenas movedizas.
NÁPOLES
El Vómero.
San Marino.
La tumba de Virgilio.
Un vaso de grappa moliendo el tiempo.
El cielo en primavera,
un cielo infinito y el sol iluminando el Vesubio.
Compró un óbolo brillante a un bambino.
EL GRAN CARNAVAL
Harto ya de formar parte
del carnaval de los hombres grises
he decidido llenar mi boca de tierra.
No tengo pertenenecias: anduve el tiempo y presté
mi voz.
Perdedor perpetuo. Parido en cuclillas un día
cualquiera.
Elegí saltar sin mirar el abismo asido a la nada.
Amigo de muertos y vivos
me enemisté con los números
pues mi ropa siempre estuvo gastada.
Intenté atesorar palabras más nunca lo conseguí
aunque cincelé alguna.
A nadie dije que esperara ya que jamás me encontré.
Me interesó lo inútil
y así siempre cuesta arriba
dejé la canción de mis albarcas.
Una vez oí respirar un árbol
antes de unirse al fuego.

domingo, 2 de agosto de 2009

Un lugar en la oscuridad

YIRA

Corría y a su vez cantaba "yira, yira..." y así, de un solo golpe, se perdió entre las sombras, en un pasaje angosto; éste lo dejó a salvo de las luces.
Hoy era una noche especial, el hombre gesticulaba y parecía algo nervioso. La oscuridad lo vió relojear un poco las calles y continuar su marcha. Después se afirmó en la pared e inhaló la fuerza necesaria para acometer sus pasos. Sin más, tomó el camino a la calle principal, ya no había vendedores de revistas ni estatuas que esperan una moneda, tampoco pájaros pidiendo su libertad, ni locos corriendo desnudos en dirección al mar; todo eso ya había pasado. Las luces diarias hacían un buen rato que no estaban y sólo las sombras recorrian las calles, unas van en busca de lo perdido y otras se confunden con el ollín de las cocinas de los restaurantes, la humedad de las casas antiguas y el olor nauseabundo de las cloacas.
Él continuó su marcha primero a paso firme y nuevamente corriendo, y mientras va tarareando yira, yira llega a la luz de una lámpara y allí fue en donde detuvo su carrera e hizo como que no pasaba nada y caminó tranquilamente. Alcanzó la esquina y encontró a la fuente canaletes, bebió grandes sorbos de agua para pasar un poco el susto y la ebullición que llevaba adentro.
La fuente le lavó su vaquero y camisa de color azul marino, tenían algunas manchas rojas pero a la luz de la noche no se notaba nada. El se sentía demasiado apasionado con ese color rubio de cabellos de los que se acababa de apoderar y gritarle soy Dios y soy el demonio adentro Sus pasos van tranquilos y piensa que ya había hecho lo que más le venía en gana y además tenía un gran placer; había abandonado a la causa de que sus delicados oídos hayan quedado con un grito sordo. Eso no le había permitido por un momento seguir escuchando la canción que siempre tenía en su cabeza.
Acelera su paso por la gran Vía y siente más nítidos sus versos "aunque te quiebre la vida/ aunque te muerda un dolor/ no esperes nunca una ayuda/ ni una mano ni un favor/ Yira, Yira.." El aire de la noche le devuelve la sonrisa. No volvió la vista atrás.

A lo lejos, mientras camina y canta su eterna canción, se sentía el ruido loco de las sirenas y el murmullo de los pescaditos y la gente del mar.

domingo, 26 de julio de 2009

RELATO DE UN VIAJE



PORTE CLIGNANCOURT
a París
Lo haré, esbozó. El hombre se dispone a tomar el último tren, el que lo llevará nuevamente a la puerta de su casa. Mientras baja observa subir a esos entes dormidos, locos traídos del ritual diario. Suena una música que no alcanza a reconocer, algo melódico que se le mete en la piel, tararea su ritmo con la cabeza. No mira a la gente irse, le asustan sus ojos y sus pensamientos porque él sabe lo que piensan.
Alcanzó el último escalón que lo deja a los pies del túnel, las vías están exhaustas del trajín y a pesar de ello adormecen entre sus brazos a restos de papel, yogures y algunas ratas.
Continúa tocando en el subsuelo Johny o Charlie Parker o como se llame, lo importante es que la música sigue endulzando los poros y él la persigue hasta el final del andén donde se ve una luz solitaria, antes de que aparezca ese último metro que lo llevará a su antigua morada. Espera completamente solo, aislado del ruido exterior de voces. Continuamente se pierde en lo profundo para intentar ver algo pero nada; solamente la música de Johny lo acompaña. El suave compás de blues adormece los demonios y sigue a la espera, ahora de pie junto a la barranca al frente de la via. También se olvida de que alguna vez salió del Barrio Maravilla, de que jugó con los chicos a la pelota, de lo verde de aquel tiempo; ahora susurra ya nada importa, la tempestad la tengo adentro. De pronto siente al ruido arrastrarse desde el fondo del túnel, la máquina hace su último viaje y da su pitido final para despedirse del día de trabajo. El hombre da un salto, y se acomoda transfigurado en el último asiento del fondo del vehículo. Y así, recorre desde el Sur todas las estaciones; mira la 9 julio pensando en tomar para Diagonal Norte más adelante pero no, decide su camino a la Monumental porque quiere sentir una vez más el fragor de los toros muriéndose por meterle los cuernos a esos trajes de luces. El los había visto morir y salir victoriosos, indultados. Por esos días se ganaba el tiempo con unos acordes que le permitían imaginar la noche de gala de algún concierto, soñaba con carteles inmensos con su foto y nombre y también entrevistas y tantas cosas. Mientras, sólo gesticula unas palabras para adentro esto es parte del camino.
Siente el frío del verano; ya ni la cerveza, ni el whisky, ni el volar hacen efecto. No mantuvo en posición el instrumento, las entumecidas manos se olvidaron de cargarlo y lo dejaron atrás a la intemperie. El aire le carcome por dentro y la música de Johny continúa. Ya está llegando a la siguiente estación en Saint Michel, y allí a oscuras el vehículo se detiene, como sosegado por el hollín y la historia. Siente el miedo, la aniquilación, es un gusano ciego que busca la salida. La máquina, entonces, pasa lentamente por sus respiraderos bohemios y observan juntos a otros que no toman el tren pero que están en la vía, abandonados, durmiendo quizás su último sueño; él sigue desmenuzando, persiguiendo el pasado para poder vivir el ahora para siempre. El viaje inevitable lo lleva a la porte clignancourt, allí volverá a transitar los hoteles argelinos, a oler el curry mezclado con la lluvia de marzo y saciará la sed con la cerveza. Después, sacará nuevamente su guitarra y cantará coplas en tono francés. En este lado se apagan las luces para él.

 

miércoles, 22 de julio de 2009

Videoconferencia de la presentacion del libro Qosqo

En este enlace adjunto podrán escuchar algunos poemas. http://www.youtube.com/watch?v=eSuZqJmqd7o
muchas gracias.

Eduardo

POEMAS DEL LIBRO QOSQO

PUPIL-LA
 
 
Nada se escapa,
veo
el batallar de tus pupilas
sin fondo.
 
Tomarás todo lo que quieras:
absorto quedo en el campo de batalla.
 
 
  
RITUAL
 
 
 
Hice por última vez el ritual
para poder embarcarme
y ofrecerme a los dioses.
 
Sé que me llevan
a otras tierras
para labrarla
para ser su abono.
 
 
 
 
EL VIATGE
 
El viaje me lleva.
Atrás,
la serpiente
la copla
y el lamento de los amigos.
Las noches aprisionan
y en la sima
no hay peces
ni tierra firme.
Antes de llegar
me libero;
el peso del hierro ya no duele
el sable conquistador ya no lastima.
 


RESPIRACIÓ
  
El oro se mueve de un lugar a otro
busca respirar,
el ahogo
le entra por los ojos.
En el fondo
de la barcaza
nadie lo escucha
ni lo ve desangrarse.



 
CARNESTOLTES
 
 
El carnaval ya se ido;
navego sobre estas aguas tronadoras
con el miedo a cuestas
y pienso si en algún instante
tocaremos lo profundo
para unirnos a la tierra.
 
 

EL BRUIXOT
 
Yo soy el brujo
el hechicero
el chamán:
 
El que ve
por el Ojo de Dios.



REIAL
 
 
Otra vez
estoy aquí
 
zurqué el Real Mar
 
para llegar a esta orilla.

 
Hoy no me postré.
Ni traigo dulces.



 
MOVIMENT MECÀNIC
 
 
Traigo
el suave perfume
del viento blanco
su columna al aire,

también canciones
danzas de mis abuelos
los chamanes
del Orinoco.

La cruz
el hierro
el movimiento mecánico
de los hombres
no nos sirvieron de nada.


Poemas extraídos del Libro QOSQO, suri porfiado, Bs.As., 2009.
 
 

 
 
 
 
 

QOSQO (Poemas), editorial el suri porfiado, Bs.As.

Este libro titulado QOSQO fue impreso por la editorial El suri Porfiado. Lo presentaron el 1 de Julio de este año en el Centro Cultural de Cooperación, Sala Solidaridad, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Tiene un Prólogo de Bob Gurney, escritor inglés y un comentario del libro del escritor catalán, José Antonio Arcediano. Los cuales transcribo a continuación.


PRÓLOGO
 
Qosqo describe un recorrido, un doloroso viaje. El punto de partida es el Nuevo Mundo, en el Cuzco. El título del libro subraya la raíz Inca del poeta. Nos enteramos al comienzo del libro que el poeta siente que está perdiendo su identidad. Su amor, y se sospecha, su vida se han convertido en rituales.
Se pone en marcha con la idea de la fertilidad en tierra extranjera. Esta es de habla catalana. En el viaje percibe que se está desvinculando del colonialismo, de los efectos que éste ha tenido sobre él. Irónicamente dice que el oro que lleva en un diente puede haber sido sacado de sus ancestros.
Huye al Nuevo Mundo, el cual es, en efecto, el Viejo Mundo. Aquí, también, tiene problemas. Llega en el momento en que acaba de terminar el Carnaval. Se traslada de un lugar en donde el terreno está impregnado por la cultura Inca, el norte de la Argentina, a un poblado imbuido, en la superficie, por el folklore catalán. En cierto modo le es familiar.
Se siente un hombre libre cuando llega. No dobla las rodillas y tampoco se presenta acompañado de regalos. Encuentra a un chamán que ve a través del ojo de Dios. No obstante, este nuevo mundo (para él) es inhóspito. Todo tiene algo de monótono, hay una igualdad que lo excluye. Comienza a encontrarse a sí mismo y establece su identidad en oposición a esta nueva realidad externa; no está tan seguro de que la gente de este nuevo mundo sepan quienes son:
¿Vosotros sabéis
Quiénes sois?  
El Inca en él se impone en cómo ver las cosas. Este descubrimiento o redescubrimiento, de quién es realmente, se dilucida por lo que experimenta al mirar los aros de oro en las tiendas. En ese viaje se descubre. Oye los gemidos de sus antepasados cuyo sufrimiento construyó España. La imagen de una cruz en un cráneo en un museo le recuerda cómo su cultura subyacente se caracterizó por la colonización. El poeta está a una distancia de todo esto: no tiene callos en las manos pero sigue oyendo los gritos de las víctimas dentro de su cabeza. Su definición de sí implica sentirse conectado a los chamanes de la cuenca del Orinoco. La idea de mago o vidente, desarrollado por Rimbaud, se hace referencia cuando dice que él es un descendiente de los chamanes pero luego se traslada a la noción de la libertad de los hombres (el noble salvaje Rousseau) conceptos que contrastan con el hierro y el movimiento mecánico del mundo industrializado.
Su reacción a la figura de Colón de pie cerca del mar en Barcelona, señalando con el dedo, es que tiene la sensación de que Colón todavía sigue siendo prejudicial para America Latina, que sigue causando dolor en sus entrañas (la opinión de Galeano). Es como si, para él, el espíritu de Colón, precursor del colonialismo, todavía está vivo. Siente que el lugar es una amenaza y que él, el poeta, ha olvidado su pasado, y que lo que tiene entre sus dedos no es nada. El Viejo Mundo, su nuevo, nada le ha dado. Incluso el acto de escribir se asocia con el dolor.
La imágen sorprendentemente surrealista de un gigante con alas que come, como un caníbal, los huesos del poeta, bebe su sangre y vomita su futuro, relacionado con los gigantes de Montserrat, describe sus sentimientos religiosos a nivel de su ser “castillanizado”, así como sus sentimientos políticos como ser colonizado.
Este es un poderoso libro en el que el poeta aborda el tema esencial de la identidad. Trata de un viaje físico, desde una tierra, una vez influenciada por los Incas, a una ciudad situada en la antigua (y quizás todavía activa) potencia colonial. El poeta dibuja la trayectoria entre los departamentos de Cuzco a Barcelona.
Es también un viaje ontológico. Se traslada de una situación asfixiante, en un sentido, y en este proceso llega al conocimiento de su núcleo vital Inca o antigua sabiduría espiritual. La soledad de la persona en su sufrimiento y una cierta aceptación de cómo son las cosas resumen la posición final de su libro.  
Uno siente que el ejemplo de César Vallejo, con su profundo cuestionamiento religioso, no está nunca muy lejos de la mente del poeta. Se puede vislumbrar al poeta peruano sentado en ese banco del patio familiar en Santiago de Chuco, tranquilamente, tal vez irónicamente, por lo menos estoicamente observando a Romano. Después de todo, él, Vallejo, había hecho el mismo viaje.
El estilo del libro es minimalista y efectivo. Sustantivos y verbos llevan el marcado sentido del poeta. Los adjetivos se utilizan sólo con moderación. El poeta comunica su mensaje con fuerza y con una claridad refrescante.
Como se ha señalado anteriormente, el poeta se ve caer en una profunda Sabiduría Inca, que él considera existir, en un momento, como una base, dentro de él. El libro termina con el afloramiento de esa sabiduría:
De las cosas de esta vida
una tan sola es verdad
la pena de cada uno
que no saben los demás.
El poemario finaliza así con una nota de calma. El poeta encuentra enterrado el consuelo de la sabiduría del norte de la Argentina. Esa sabiduría sale de su interior, y se expresa en lo tradicional, la copla popular, y en la lengua del colonizador. Ahora no hay sugerencia de sentirse asfixiado por lo impuesto, por la cultura de la superficie.
 
Robert Gurney
Londres, Enero de 2009 (Prólogo y traducción)




MIRANDO AL SUR
"En medio de su cuerpo
crecen olas lamiéndolo y quebrándolo."
Héctor Viel Temperley
 
Enrique Molina escribió que la poesía
–cuesta aprenderlo- relata sucesos igual que la
novela o la historia. Pero lo hace desde la raíz, en
el foco de una experiencia esencial que rescata de
cada cosa su incandescente totalidad.1 Esa
totalidad, en la poesía de Eduardo Atilio Romano,
abarca un acá y un allá, a la manera, tal vez, del
Cortázar de Rayuela, y abarca también el espacio
que comprende la distancia entre ambos extremos,
un espacio que es inmensidad, que es peligro, que
es la brutal soledad de quien se halla inmerso en la
travesía. Así, origen, tránsito, destino se funden
conformando un todo que es biografía, pero que es
también imaginería, iconografía, motivo visual para
adentrarse en otro océano tan complejo como el
que divide dos continentes: océano poético, travesía
lírica de un escritor de versos que puede ser, en
cierto modo, nómada y solitario como Viel
Temperley, pero que no emplea el agua, tal el caso
de éste, como elemento de canalización hacia Dios
(ni aún tratándose de un dios a través del cual

buscarse), sino que la convierte en medio para
buscarse y hallarse a sí mismo, sin la mediación de
la trascendencia. El planteamiento de Romano es,
por tanto, humanista, de un humanismo crudo y
despojado, que remite, de nuevo, a la enorme
soledad (esta vez metafísica) de la travesía.
En su último libro de poemas hasta la fecha,
Estrecho mar, nuestro poeta utilizaba la metáfora
del océano como vasta línea divisoria y, al mismo
tiempo, como nexo de unión, como enlace entre
una orilla y otra, y como punto de apoyo clave en la
dialéctica pobreza / riqueza, pasado / futuro,
negación / afirmación, oscuridad / claridad,
valiéndose de una escritura que presenta en dosis
equilibradas la expresión de la palabra y la
expresión del silencio, elemento éste
imprescindible en el poema, pues oxigena la
concentrada lírica de la que hace gala nuestro autor.
Pero Qosqo, que mantiene y perfecciona el canon
estético de su antecesor, da una vuelta de tuerca
más respecto a aquél, pues nos muestra al “yo”
poético rememorando la aridez de la travesía, pero
nos lo presenta también tomando posesión de la
tierra prometida, esa Europa ansiada por todos los
que se lanzan al estrecho mar y que se muestra
indiferente, esquiva e incluso hostil con la mayoría
de ellos. El personaje poético de Qosqo realiza una
maniobra de aprehensión del lugar de destino, y
entre el extrañamiento y la perplejidad del recién
llegado, empieza a dar muestras de esa toma de
posesión, de esa integración que deviene condición
indispensable para quien ha emprendido la aventura
de atravesar las aguas en busca de oportunidades.
No resulta extraño, por tanto, que Eduardo Atilio
Romano formule los títulos de los poemas que
conforman Qosco en catalán, como muestra de esa
aprehensión del lugar de destino a la que antes
hacía referencia, como evidencia de la seguridad y
familiaridad con las que el poeta se va
desenvolviendo en la Barcelona de nuestros días y,
si se me permite, como síntoma claro de su
apreciación del enorme potencial poético de la
lengua catalana, que el autor incorpora desde ya a
su universo lírico como una influencia latente que,
sin duda, obrará su progresión en un futuro no muy
lejano.
Pero esa toma de posesión no implica ni
renuncia al origen, ni abandono de su identidad, ni
desmemoria. Contrariamente, allí donde la
sensación del origen y de la travesía empieza, de
algún modo, a diluirse, alcanza la memoria, como
hecho intelectivo, para reemplazarla. La memoria
es, empero, infinitamente más poderosa:
redimensiona la amplitud de la sensación y le
otorga un poder simbólico de una potencia
abrumadora, porque nace del interior del “yo”,
convirtiendo lo meramente sensitivo en verdadera
emoción. De ese modo también la geografía del
destino incita al juego de las analogías, y Qosqo
(voz quechua que podría traducirse como el
ombligo del mundo, pero también centro vital de la
energía corporal donde residen los sentimientos, y
de ahí el humanismo al que hacía alusión más
arriba, pues el centro del mundo radica en el
interior del individuo) deviene Torna Qosqo entre
las piedra mágicas de Montserrat, donde el “yo”
poético continúa labrando su identidad, ese todo
que acoge en su seno al yo del origen, al del
tránsito y al del destino, un destino que sigue
siendo tránsito, porque ni la sabiduría de los versos
ni la inteligencia de su hacedor pueden prever a
ciencia cierta lo que deparará el futuro, y porque
ningún ser humano –menos aún el nómada, el
exiliado- puede vencer definitivamente su
desamparo y su angustia existencial ante un mundo
que le niega tanto como le afirma.
De regreso a las palabras de Enrique Molina
con las que iniciaba esta breve introducción, y a la
experiencia esencial que rescata de cada cosa su
incandescente totalidad, observamos que en los
versos de E. A. Romano esa totalidad se bate
dialécticamente con la escisión que anida en el
interior del “yo” poético. Toda dialéctica, para ser
fructífera, necesita resolverse en algo nuevo,
distinto y ontológicamente superior a los términos
que lo ocasionaron. En este caso, la dialéctica da
como fruto un sujeto más rico en su bagaje, más
completo en su comprensión, más sensible al
conocimiento del “otro”, precisamente por haber
alcanzado un mayor conocimiento de sí mismo.
Antes de poner el broche final a Qosqo
recurriendo a los versos de una copla de las que
acostumbran a cantarse en tierras de Salta
previamente a la apertura del Carnaval, durante el
Jueves de Compadres, el personaje de Romano
reafirma su posición, mira al sur, mira a los otros y
se ve a sí mismo. Se ha hecho ya parte integrante
del paisaje. Se sienta y escancia el vino agridulce
del recuerdo, en un ritual que le hace más humano,
más catalán, más salteño y más poeta.



1 Sobre Carta de marear, de Héctor Viel Temperley. Citado
por Julio César Galán en Aprender a nadar: la poesía
samurai de Héctor Viel Temperley. Cuadernos
hispanoamericanos, 695, p. 95 – 100, mayo de 2008
.


José A. Arcediano barcelona, marzo de 2009

 

martes, 21 de julio de 2009

CARTA

Hoy es un día triste

trato de escribir

todo el calor.

Sé que a lo mejor no pueda

verles sonreir

tampoco ver

cómo le pegan a la pelota

con el resultado en Contra.

Y que esta noche

tienen miedo de estar solos

por que hay muchos muchos DUENDES.

lunes, 20 de julio de 2009

Este libro fue publicado en Nerja, Málaga, en Enero del 2006.
Editado por la Asociación Cultural, La aventura de Escribir. La Ilustración de portada e interiores realizada por el escritor Santos Vergara. Diseño interior por el autor del libro.
Prólogo del poemario a cargo del poeta Carlos Juarez Aldazábal(Buenos Aires) y un comentario del poeta Ricardo Sanz de la ciudad de Nerja.
Este libro fue presentado en Salta, en febrero del 2006 y la presentación la hicieron el poeta Carlos Juárez Aldazábal y la Lic. Susana Rodriguez de la Universidad Nacional de Salta.

Algunos poemas

RELATO

Al otro lado de la orilla
la serpiente emplumada
reza al Dios Cristiano:
Cuídalo
te lo encomiendo
ahora está en tus dominios.
Sé que cruzan tus fronteras
manos negras
muchas manos
y sé de muchos ojos blancos
cruzando
flotando en las playas.
Soy culpable
de que piensen diferente?
de que quieran partir a la madre?
de que busquen el ruido de otras tierras?
Te lo ruego
enséñale a volar
a comunicarse con el otro mundo
a sortear tempestades
a jugar con el carretel del olvido.
Muéstrale que su rodillas
se comerán las carnes en las caídas,
y míralo
su frente limpia como las cartas.
Padre, recuérdale, cuando esté dormido
que la torta de la abuela
lo espera
totalmente ducle
totalmente ángel,
que las calles del barrio maravilla
sienten sus pasos todavía
y que en el fondo de la casa
lo espera el árbol de frutas mágicas.


MARINEROS

Cargamos esperanzas
demasiadas esperanzas
y comenzamos el viaje;
a mitad de la noche
ahogamos los sueños
cien marineros.


LA PLAYA

Mi niño
no llores
ya pronto llegará el pan
la leche
la madre con su dulce en las manos.
Duerme
mañana
el mar nos dejará desnudos
en la playa.

LA TIERRA PROMETIDA

La barca
todavía
busca su norte
la tierra prometida;
mientras tanto los hombres
encuentran
lo hondo
lo profundo.


ESTRECHO MAR

Se la ve en el horizonte
mecerse de un lugar a otro,
las olas de repente
la agitan;
al otro día
sólo se ve cruzar
el estrecho mar
algunas botellas
de agua dulce.



EL MIEDO

No mires el agua
hijo,
pronto
cuando pasen las estrellas
te abrazaré alegre
se acabará el mar
y el miedo,
solo mi beso
te inundará
la cara.


LA ULTIMA CANCIÓN

Mientras navego
en mi barca de papel
digo
Madre espérame
con tu abrazo de arena
en las playas de Tarifa,
no te olvides de llevar
la última canción de cuna
y el olor a tierra en tus ojos
lo quiero
aunque me encuentres solo
golpeando
rameando mis pies
sobre la arena.


EL AHOGO

La madre toca su sol naciente
y dice:
No temas hijo
que el agua
y la sal
son partes de la vida;
y así
cruzaremos el estrecho.


II

Madre muéstrame la luz
el olor a tierra
Nueva;
no ahogues
mi salida.


III

Comprende hijo
que para ver el sol
es necesario
volar por encima del gigante
y dejar la última
gota de sal
en los pulmones.



Poemas extraídos del libro Estrecho Mar, año 2006.

domingo, 19 de julio de 2009

Esta es una plaqueta de poemas, fue publicada en el 2002 edita-
da por colecciones veredas. La ilustración de tapa estuvo a
cargo de Silvia Katz, diagramación y cuidado de Gustavo Rubens Agüero.
Colecciones veredas fue declarada de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de Salta, Resolución Nº 141/02 y de Interés Cultural por la Municipalidad de Salta.
La presentó Gustavo Rubens Agüero en la Sede del Imaginero en la ciudad de Salta.
Algunos poemas:
PIQUETE
Hoy el camino está cortado
y una larga caravana grita la escasez
de la mesa y el abrigo;
el niño al frente
sangra sus horas perdidas
el abrazo que no será
en el día del Padre.
El diablo
está entre nosotros.
A CARA O CRUZ
I
La moneda baila en el aire
y en su jugueteo
van mis ruegos
para que de una vez por todas
me sonría.
II
En esta parte del mundo
difícil es llegar a completar
el almanaque
los días acusan su pan diario.
EL ADIÓS
a la memoria de Silvia Picat
La orquesta está reunida
para la función
de todos los días
nadie sabe
que ella escucha,
que por su boca salen palabras
que nadie ve;
es su último baile
al filo de las horas
CASCARÓN
El hijo ya casi está en su punto,
mientras tanto me pregunta
de qué colores son los caminos
si el lago parece un mar
si hace frío
aquí afuera,
de a ratos intenta darme unas patadas
pero sólo golpea su lugar.
Le digo entonces que no me juzgue
que no espere mi regreso
y comience a dar sus primeros aires.
Que la vida lo espera,
que hay bellos colores
y que hace mucho frío.
MOCHILA
Los objetos personales
no son muchos:
una pluma
las manos
los ojos de mi madre
la risa de los ángeles,
el barrio dispersándose en mis uñas,
una bicicleta mágica,
algunos amigos
y algún que otro dolor.
Poemas publicados en La tristeza en mis Bolsillos,año 2002.
Hola mis estimados amigos, aquí les presento al segundo libro que publiqué en Salta, en el año
2001 y editado por tunparenda.
La tapa la realizó una plástica mendocina, Liliana Díaz, el diseño interior lo hizo Victoria Torres.
Tiene en la contratapa unas palabras del maestro y poeta Carlos Hugo Aparicio. Este libro obtuvo una mención en el concurso de cuentos organizado por la secretaría de cultura de la provincia de Salta año 2000.
Este libro fue presentado en Salta por los escritores Carlos Hugo Aparicio y el amigo Francisco Zamora, vaya un abrazo a su memoria.
Les transcribo dos cuentos:
EL REGALO
a mi tata
De chico me encantaron las sorpresas, pero era difícil tener una. Así que me iba con algunos amigos a ondear un poco o a caminar las tardes.
Tratábamos de atrapar los días, los poníamos en jaulas.
Atrapé los días yendo al agua limpita; Cocó! Vení tirate en esta parte que está mas hondo. También las pescas de soles que hacíamos cuando íbamos al río. Las tardes de fútbol todavía las tengo, de hecho hace dos días jugué y empatamos un partido que lo teníamos ganado. Pero a mi alrededor hay fantasmas que me siguen por donde voy y me machacan de rato en rato.
Pienso en mi barrio; llega mi viejo en su bicicleta (atrás trae el fuego dormido y adelante, en su frente, tiene un aserrín amargo que le pica y se le mente en los ojos) Papí que me has traído. Nada papá. Falta un poco para el cobro.
A fin de mes paga las cuentas y tiene que hipotecar sus días por el que viene. Después llega borracho, putea, nos pega y se va para el baile; es Carnaval.
Con el tiempo no le pregunto nada, lo miro nomás. No veo la hora de ser grande. Sueño siempre con viajar, estar aquí y allá y en todas partes; No te preocupés viejita si no me voy para siempre, sólo voy al río, a la plaza, a casa de Daniel, a Bolivia. Bueno, no volvás tarde.
Se vienen las fiestas, y esperamos tener la mesa servida y el brindar por un año mejor.
Salgo un ratito a la calle para ver si viene mi tata, de lejos me gusta verlo. No era igual su forma. En sus hombros traía mis respuestas, supe que era para mí porque me sonreía.
Se acercó y la bajó; Cuidála, es tuya. Era azul, tenía las ruedas más brillantes que haya visto (sus rayos encandilaban, parecía un pequeño sol en la vereda de mi casa) En la rueda de atrás llevaba alas para que no me caiga. El manubrio, en la parte del mango, tenía serpentinas amarillas.
Me subí, calcé sus zapatos y eché a andar la estrella de la vida.
CORDURA
a Carlos Hugo Aparicio
Trabajo como casi todos. Creo que es la primera vez en la vida que me siento un desempleado aunque ya hace diez años me echaron a la calle.
Antes no lo sentía, con cualquier cosa me daba vuelta; plomería, albañilería o cualquier otro oficio. Mis manos jóvenes levantaban todos los días sus ojos y le peleaban a la calle. En más de una oportunidad tuve que ir a la Finca a cosechar bananas y tener por lo menos la fruta del mediodía.
Juro que mis hijos han tenido para comer. Siempre un jarro de mate había. Vengo del jarro de mate. El barrio me acunó la infancia y me pintó sonrisas.
Las tardes yendo al río, ir por el monte ondeando bumbunas, jugando a la pelota y haciendo otras tantas cosas. Todo eso me hacía feliz.
Nunca imaginé lo que mi padre debía hacer para llevar el plato a la casa, por supuesto que la mayoría de las veces bebía a la luna en los días de pago. Por eso la escasez en la casa duraba unos veinte días.
Desde esa época comencé a vender diarios, me daba vergüenza gritar diariooo tribunooo pero al cabo de unas cuantas veces se hizo piel en mi lengua. Mamá decía que no vaya; pero sabía que necesitábamos, así que no le hacía caso. Siempre regresaba a las once de la mañana, después de haber vendido mis primeros diez diarios. El verdulero me encontraba en la esquina, así que llegaba a la casa con un poco de frutas y verduras. A veces vendía unos cuantos diarios más y me alcanzaba para el medio de puchero; para la sopa y el guiso. !Cómo me gustan la sopa y el guiso!.
Ahora esta ciática no me deja doblar la espalda.
Soy un desempleado, desumbilicado del estado, fruto de la economía y de los lobos. Veintiocho años sirviendo (porque esa es la palabra justa) y sólo recibo unas cuentas de vidrio y diez mil sermones de cómo encarar la vida y poder hacer buenos negocios.
Que mierda saben lo que voy a hacer con lo mío. En realidad ya lo hice. Fui a divertirme al Bolichón, armé una gran pelea y menos mal que saqué el arma y le volé los sesos, era un hijo de puta que me miraba fiero.
Con cuarenta y tantos de años estoy desnudo frente al espejo con el revolver volando en mis manos.
Cuentos extraídos de Agua de Coco, ediciones tunparenda, Salta,2001
El libro del que les hablo aquí lo presento, tiene un dibujo de tapa
del plástico salteño Santiago Rodriguez y también dibujos interiores de este mismo amigo.
Originales y Diagramación de José Sergio Vega y la Supervisión a cargo del poeta Raúl Eduardo Rojas.
El Prólogo del libro estuvo a cargo del Poeta Jesús Ramón Vera.
Algunos poemas:
PACTO
a Jesús Ferreyra
Amigo una noche más
robo
en los desvarios
de tu vida.
En tu vaso de vidrio
vacio
transparente y empedrado
derramo un hombre.
MEMORIA
a los miles de desaparecidos
No han borrado los nombres
ni el andar descalzo
desnudando el alma.
Por las aceras y refugios
sin vueltas
ESTOY INSCRIPTO.
Tejer de a poco la lápida
con la aguja terminal del genocidio
o a expensas de las palas
aún con los pulsos
entre sus tierras.
Sostener muros con las manos de espaldas
a los dedos de la muerte.
Deambular sin horas
buscando el escape
y arañar eternamente los vestigios
de las sangres laceradas por la locura.
Los NOMBRES posesionaron al tiempo
NO HAY OLVIDO.
PROCESION
a Carlos Hugo Aparicio
Que difícil
llevar un lápiz,
hacerlo morir
y reir.
Sostener el peso.
POEMAS PUBLICADOS EN SALTA EN DICIEMBRE DE 1997, presentaron el libro Carlos Jesús Maita y Jesús Ramón Vera.
Comenzaré a contar que mi primer libro, Derramo un hombre (poemas), salió publicado hace prácticamente 12 años (1997), lo editó tunparenda ediciones. Una editorial que nutre de poesía al norte del país de donde soy, Salta- Argentina.
La editorial le ha dado voz a los poetas que no pueden hacer su publicaciones por su cuenta y siempre para la conformación de un libro se recurre al aporte de los amigos que se dedican a la impresión y a la corrección de las trabajos de imprenta. El autor generalmente pone todo lo que se refiere al papel y la tapa. La editorial es del poeta Jesús Ramón Vera.